“Cocoliche y Lunfardo” este el argumento de mi tesis en Lengua, literatura y cultura española. Yo soy Anna di Rienzo, mi bisabuelo Antonino di Rienzo que nació en Capracotta en 1903, se fue a Argentina en los años ‘30 desde Agnone, donde vivía con su mujer Angiolina Di Cicco y sus dos hijos Rosa y Domenico, desde su salida nunca volvió a Agnone. A partir de esto decidí escribir una tesis sobre lo que, quizás, era el idioma que habló mi bisabuelo en Argentina y, como él, los muchisimos otros emigrantes que salieron de Italia entre finales del 1800 y mediados de 1900.
El nombre “Cocoliche” viene de un appellido italiano, de Calabria, Cuccoliccio, porque así se llamava un tal “Francesco Cuccoliccio” que se fue a Argentina a finales de 1800; en Buenos Aires trabajaba como actor y uno de sus compañeros empezó a imitar su manera de hablar. En su habla se unían elementos de español y otros de dialecto italiano; este era el idioma hablado por todos los inmigratos italianos que intentaban ambientarse en el nuevo mundo hablando el idioma de los nativos, pero le añadían un matiz dialectal italiano porque en su patria sólo se hablaban los varios dialectos. Así que los argentinos empezaron a llamar el idioma del los inmigratos italianos “Cocoliche”; hay varias tipologías de Cocoliche a partir de la región de origen de los emigrantes. La mayoría de los términos de Cocoliche viene del dialecto lígure, porque muchos inmigratos salieron de Liguria pero también los otros dialectos influyeron en el léxico de Cocoliche.
Por lo que se refiere al dialecto molisano la palabra “cavatello” que hace referencia a una tipología de pasta hecha con patatas y harina, junto al castellano “chiva” (cabra), en Cocoliche indica una persona sucia; estas y muchas otras noticias sobre el vocabulario de Cocoliche se encuentran en un importante trabajo del dr. Sabatino Alfonso Annecchiarico: “Cocoliche e Lunfardo: l’italiano degli argentini. Storia e lessico di una migrazione linguistica”.
Ahora quedan solo pocos hablantes de Cocoliche, pero el idioma se ha integrado en el habla de Buenos Aires dando vida al Lunfardo: el idioma de las letras de tango. Conoscido también como el idioma del hampa argentina, su léxico se desarrolla en el ámbito carcelario y, por tanto, abundan términos vulgares, palabrotas y alusiones sexuales. De todas formas, si consideramos la difusión a nivel planetario del tango, podemos decir que la gloria de Italia fluye también en las melodías de lo que es la máxima expresión cultural de Argentina.
Anna di Rienzo